A punto de iniciar el XXV Campeonato “Germán Pomares Ordóñez”, es justo echar un vistazo a lo que han sido estos eventos, iniciados en 1980 con amplia y constante participación de clubes de todo el país.
Este es un recuento de lo que han sido los primeros “Pomares”, tomado de la publicación realizada en el diario BARRICADA el 10 de septiembre de 1989 cuando nos preparábamos para que se cantara el ¡Play Ball!, en época del surgimiento de una gran generación de peloteros.
LAS GRANDES FIGURAS DE LOS POMARES
El Pomares es un juego más de beisbol. Nunca se sabe qué habrá en cada jornada, en cada juego, ni podemos predecir su final.
Se sabe que cuatro deben clasificar a Semifinales y uno se coronará. Pero en el camino a esa fase decisiva, durante la temporada regular se van dando una serie de acontecimientos que encienden el entusiasmo de los aficionados, que obliga a los cronistas a profundizar en detalles y hurgar en el libro de récords y hazañas. Se dan excelentes actuaciones individuales y colectivas en pitcheo, bateo y defensa. Cada juego, cada inning genera infinidad de emociones. Es el epicentro de la atención durante seis meses, en los que vibra nuestro deporte.
En esta nota resaltamos cada una de esas acciones brillantes que distinguen a cada “Pomares”, que en su momento llegaron a ser récords, las grandes batallas por lideratos, la grandeza de los peloteros en un momento dado. Todo eso encontramos en cada “Pomares”, que es un INNING del gran juego de beisbol que iniciamos en 1980. Estamos en extra-inning y es oportuno hacer un recuento de lo sucedido desde que comenzó el juego.
1980.- Primer Inning: El zurdo Adolfo Alvarez fue la figura central del pitcheo. Sus 18 victorias, 7 lechadas y 186 ponchados, lo presentaron como el pitcher más consistente del evento, único que tuvo la más prolongada fase de eliminación y Final.
En la ofensiva, Cayetano García logró el título de bateo con .367, registro que se sostuvo hasta 1987, cuando Alvarez, convertido en bateador, lo superó por 10 centésimas. Fue el torneo donde se vieron más “tronqueros”, como Julio Molina, que conectó 18 jonrones e impulsó 50 carreras, igual que Julio Mairena y Calixto Vargas, miembros lujosos de la década de los 70.
LA CONSISTENCIA DEL ROBOT MEDINA
1981.- Segundo Inning: Alfredo Medina se convierte en el eje del espectáculo, demostrando la consistencia más espectacular en nuestro beisbol. Completó los 27 juegos que inició y lanzó 251 episodios, con los que borró los 20 completos de Porfirio Altamirano y 244.2 innings lanzados por Sergio Lacayo. Ganó 17 juegos, empatado con Durley Downs, que junto con Derlin Downs (1.49), fueron la revelación del evento, cuando debutaron la Costa Atlántica y los Dantos. César Monge ponchó a 157 rivales y Alvarez compartió el liderato de efectividad con Delrin. Emir Darce logró un Juego Perfecto ante los decaídos Ganaderos de Boaco, y Adolfo Alvarez ganó 11 juegos seguidos.
Germán Jiménez, con .348 fue Campeón Bate, mientras Luis Fierro disparó 19 jonrones y remolcó 58, constituido en el mejor productor y uno de los tres que conectaron tres jonrones en un juego. Tiene la hazaña de producir 10 carreras en un juego.
También el Torneo marcó la migración de varios peloteros de reputación que fueron sancionados, para reaparecer después de dar sus últimos batazos y hacer sus últimos lanzamientos. La disputa del título estuvo nuevamente a cargo de León y Rivas, los equipos más equilibrados del Torneo.
EL DOMINIO DEL ZURDO ALFREDO ALVAREZ
1982.- Tercer Inning: Por tercera vez consecutiva Adolfo Alvarez poncha a más de 100 rivales en una temporada. El zurdo Róger López poncha a 19 en un juego y Julio Juárez, sacando trucos de la alforja, logra uno de los 20 “no hitters” de los “Pomares”. Regresan algunos peloteros al terruño, entre ellos Luis Cano, que falla con los Indios del Bóer. Rosendo Hernández no permite carrera en 37.2 innings.
Reaparece Ernesto López para compartir el título de jonrones con José Ramón Ocampo, mientras Julio Medina empieza a mostrar su calidad, logrando su primer título de bateo.
El Rivas, en una serie espectacular, conquista su segundo título, superando a los Dantos, que se proyecta como fuerte candidato a ser de los equipos más constantes en las Finales.
1983.- Cuarto Inning: Fue el episodio de los récords. En 90 juegos, hubo oportunidad de batir todo lo realizado anteriormente. La figura estelar fue Julio Moya, con sus 21 triunfos, con los que empató con Julio Espinoza y Porfirio Altamirano, empató el liderato de lechadas, con 9. Igualmente, Diego Raudez, después de ponchar a 20 en un juego, se convirtió en el máximo ponchador en una campaña, con 220. Raudez y Luis Cano protagonizaron el duelo más prolongado de los “Pomares”, que fue de 17 innings.
En ofensiva, todo giró alrededor del duelo de bateo entre Ernesto López y Apolinar Cruz, que al final favoreció a López por los decimales. También Ernesto empató el récord de jonrones con 19 y Cruz estableció uno de impulsadas, con 63, siendo el primero en lograr racha de 20 juegos bateando de hit. Gregory Walters robó 53 bases.
León empató al Rivas en títulos obtenidos, con dos, en la tercera Final entre estos dos equipos.

EL INALCANZABLE RÉCORD DE JULIO MOYA
1984: Quinto Inning: Nuevamente Moya fue la “estrella”, con un récord que será inalcanzable como es su efectividad de 0.14, para tumbar el 0.85 de Sergio Lacayo de 1972. También se convirtió en el tercer hombre que logra la Triple Corona del pitcheo, al ganar 12 y ponchar a 95. Los otros eran Antonio Chévez y Porfirio Altamirano, que lo hizo dos veces seguidas. También fue artífice en la tercera corona del León, en la Final contra la Costa Atlántica. También dejó un récord inalcanzable de 93.1 innings consecutivos sin permitir carrera limpia.
Danilo Sotelo se le cruzó en el camino a Ernesto López para que éste pudiera alcanzar por segunda vez la Triple Corona ofensiva. Ernesto Conectó 10 jonrones, empujó 34 carreras y bateó .333, en tanto Sotelo se coronó con .335. Alfonso Catín no abanicó en 191 apariciones al pentágono.
1985.- Sexto Inning: Desaparecen muchos “monstruos” del montículo, entre ellos Moya y Alvarez, lo que permite que otros resalten, como Claudio Ulloa, que se coronó en efectividad con 0.98 y César Tenorio, que ganó 12. Ulloa implantó marca de 39.2 innings sin aceptar carrera alguna.
La expectación estuvo en el aspecto ofensivo, especialmente cuando Arnoldo Muñoz logró su mejor actuación. En la serie de 72 juegos empujó 50 carreras y terminó de sublíder de bateo con .346, una milésima menos que Julio Medina, que logró su segundo título de bateo, cuando sentaron a Muñoz en su último turno. Colectivamente los Dantos tuvieron el mejor rendimiento de la Semifinal y lograron su primer título en una Serie Final memorable ante el Granada, contra los que incluso efectuaron un juego de 19 episodios.
1986.- Séptimo Inning: Sorpresivamente Ariel Delgado se consolidó como uno de los mejores bateadores del terruño. Se tituló en bateo con .354, para ganarle la pelea a Berman Suárez en una serie fuera de calendario contra Rivas, que se calificó de “turbia”, porque fue arma de doble filo: al barrer Rivas, completando un cierre espectacular, eliminaron a los Dantos. “Panal” también impuso un nuevo récord con la racha más larga de juegos bateando de hit, que fue de 23.
Nemesio Porras, uno de los más prometedores sluggers de nuestro beisbol, empujó 48 carreras, bateó sobre .300 y fue el Más Valioso. Pablo Juárez es el primer zurdo campeón jonronero, con 12.
En pitcheo, Julio Espinoza con todo y su edad, establece récord de salvamentos con 13, pero no pudo ayudarle a Chinandega a ganar el cetro, que le correspondió al León por cuarta vez.
1987: Octavo Inning: Los Indios del Bóer disputan su primera Final de los “Pomares” pero son vencidos por los Dantos. Ese año lograron 47 victorias, en una demostración de garra.
Hubo grandes actuaciones individuales. Surge Epifanio Pérez como esperanza de nuestro pitcheo, lanzando para 1.09 y ganando 14 juegos, aunque posteriormente arruinó sus perspectivas. Diego Raudez ganó 15 juegos y Pedro Centeno se convirtió en pilar del pitcheo de los Dantos, que lograron su segundo título.
Al ataque, Adolfo Alvarez se convirtió en el primer zurdo campeón de bateo de los “Pomares”, con promedio récord de .377, más alto que los registrados por Pablo Juárez en la década de los 70. Tomás Guzmán se consolidó como slugger reputado y terminó con 12 jonrones, cifra que también logró Ariel Delgado en el juego extra contra Rivas, que decidió dramáticamente en el noveno inning, con cuadrangular encontrando a Julio Medina en segunda base.
1988.- Noveno Inning: Freddy García acapara toda la atención, desde su racha de 27 juegos bateando de hit, que amenazó la impuesta por David Green, hasta su récord de .390 en promedio ofensivo. También lucieron Carel Lampson, que estuvo presionando el título, Genaro Llanes, que estableció marca en empujadas con 71, y “Polín” Cruz, que le ganó la batalla a Ernesto en los jonrones con 20 contra 19 del “Tiburón”, quien se retiró con su característica devastadora.
El pitcheo empezó a dar muestras de mejoría con las actuaciones de Félix Moya, Roberto Reyes que fue el mejor lanzador, el novato Orlando Cuevas, Carlos Hebbert, Jess McCoy, que posteriormente demostraron su categoría.
Los Dantos se convirtieron en tricampeones en una serie de alto voltaje contra la Costa Atlántica.
1989.- Décimo Inning: Freddy García y Próspero González se robaron el “show”, compartiendo el título de bateo con promedio de .400 puntos, lo que solo había hecho Vicente López en 1978 con .417. Fue espectacular el cierre de Próspero, que a batazo limpio alcanzó a Freddy, al que sentaron para preservarle el título. Freddy fue el Más Valioso.
También sobresalieron Ramón Padilla, que sorprendió llevándose el titulo de jonrones con 21, logrando varios juegos de jonrones múltiples y en dos ocasiones bateó tres en un juego. Genaro Llanes siguió firme como empujador, logrando 27, y Carel Lampson fue el mejor “slugger”, siendo el principal gestor del primer título costeño, cuando éstos consiguieron un brillante repunte en el cierre y doblegaron a Chinandega.
El equipo revelación fue Productores de la UNAG, que clasificó por primera vez a semifinales, con un equipo de alto poder ofensivo. Destacada actuación tuvo su lanzador Benigno Arauz, que con Napoleón Tercero fueron vitales en los resultados del equipo. Otros pítcheres que estuvieron excelentes fueron Joaquín Avendaño, que ganó 15, mientras John Allen, Hebbert y McCoy eran la contrapartida de Félix Moya, Eloy Morales y Roberto Reyes, que tuvieron mala campaña.
1990.- Undécimo Inning: Inolvidable la Serie Final en la que León se llevó su quinto título de los “Pomares”, ganando los últimos cuatro juegos al competitivo Dantos. Prácticamente la serie se decidió en el sexto juego, que se extendió a 16 episodios, en el penúltimo zarpazo felino. Fue la temporada más extensa entonces de los “Pomares” con 100 desafíos, y en el que reaparecieron los conjuntos Toros de Chontales y Carazo.
Erly Britton fue el cuarto pelotero de origen costeño que conquista título de bateo con alto promedio de .389. Los otros fueron Cirilo Errington, Bonard Luzey y David Green.
Britton bateó 144 hits, la tercera mejor cantidad de imparables en una temporada, superado solo por los 156 de David Green en 1978 y los 147 de Danilo Sotelo en 1977. El chinandegano Próspero González se consolidó como el mejor “slugger” de nuestra pelota, al conquistar el título de jonrones con 26, carreras empujadas (97), así como en sluggin (.643). El leonés Henry Roa presentó credenciales, Marlon Abea comandó el liderato de dobles (30) y Sandy Moreno impuso récord de bases robadas (59), demostrando ser el pelotero más veloz corriendo las bases.

En pitcheo, las palmas fueron para Epifanio Pérez, quien impuso récord de triunfos, con 23, dejando atrás los 22 de Sergio Lacayo en la temporada 1977, fue líder en lechadas, con 7, siendo una de ellas su segundo juego Sin Hit Ni Carreras en temporadas consecutivas. Completó 19 juegos. No ganó la Triple Corona del pitcheo porque el chinandegano Asdrudes Flores fue el máximo ponchador con 153, y el de más innings lanzados, con 215.2.
Así se marcó la primera época de los Campeonatos “Germán Pomares Ordóñez”, que es el mayor acontecimiento deportivo de nuestro país, involucrando a miles de deportistas y millones de aficionados.