Dantos fueron superiores

El accionar de los Dantos en el terreno de juego, no da espacio a discusiones. Ellos, ganando de forma categórica, conquistaron el título del Campeonato “Germán Pomares Ordóñez 2018”, dejando en el camino al Bóer en cinco desafíos.

Al comenzar la Serie Final, por el comportamiento a lo largo del Campeonato, que inesperadamente fue acortado en su primera parte, pero con atractivo en la segunda etapa, y al barrer en semifinales a Chontales, con todo y su reputado pitcheo, más los refuerzos de Wilton López y Fidencio Flores, el Bóer lucía como ligero favorito para imponerse en la Final a los Dantos, al equipo que no enfrentó en la fase regular.

Es posible que el descanso de 15 días más las reprogramaciones por la lluvia haya “enfriado” a los artilleros del Bóer, contrario a los Dantos, que al extender a cinco juegos su serie semifinal contra la Costa Caribe, sólo tuvieron nueve días para repornerse.

Pero puestos en el terreno, ganó el que funcionó mejor.

Apuntó el manager Antonio Jiménez, que parte del éxito de su equipo fue el scouteo que hicieron sobre cada uno de los peloteros del Bóer, y se consiguió anularlos, al punto de que su ofensiva apenas fue de .205, contra el .340 que marcaron los Dantos. Esas 135 milésimas, es la mayor diferencia ofensiva entre finalistas. En la Final del 2011, cuando Estelí barrió a la Costa Caribe, los norteños batearon .312 y los costeños .235, para diferencia de 77 centésimas.

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El saber cómo pitchearle a los principales artilleros indios, se sumó al paulatino descenso que experimentaba la ofensiva de éstos desde la segunda vuelta.

Desde la reanudación de la Liga, el Bóer, que en la primera fase promedió .336 con 36 jonrones, terminó la temporada como el de mejor promedio ofensivo con.322, seguido de los Dantos, que bateó .309, después de un arranque de .303.

Sin embargo, en los 18 juegos de la segunda fase, el Bóer bateó para .297 (156-526), con 9 jonrones y los Dantos ahí lo hicieron para .318 (173-541), con 7 jonrones. En la Semifinal, pese a barrer, en el Bóer hubo preocupación, cuando varias de sus principales figuras se “hundieron”.

Si es el accionar del pitcheo, no necesita comparación. Aunque el Bóer tomó a lanzadores como principales refuerzos, en las distintas etapas, ya en la Final sólo Adolfo Flores le funcionó, los otros fallaron, y fueron los que recibieron la mayor ofensiva.

Los intangibles

No olvidemos los intangibles, esos agentes inesperados en el juego, que van desde el aspecto técnico hasta síquico.

Sólo una vez se vio al Bóer celebrar animosamente una carrera. Fue en el tercer juego, cuando Bismarck Rivera conectó el jonrón en el cierre del noveno inning que empató el juego a 6 carreras y le “devolvió el color” a la tribu, a la que le estaban arrebatando el juego en el inicio de esa entrada (7×6), para luego ganar 8×7 en la “muerte súbita” por un pelotazo a Janior con bases llenas.

En un vistazo a la Serie Final se comprueba cómo los Dantos prácticamente “desarmaron” al Bóer, un equipo que lució sin ánimo ni corazón para pelear los juegos.

Primer juego, 9 de octubre. Rally de nueve carreras en el segundo inning, seis de ellas contra un “desconocido” Wilton López, sacaron rápido de juego al Bóer, que fue reducido a 4 hits y dos carreras por Jorge Bucardo. Roberto Artola hizo un buen trabajo de contención en 3.1 innings sin anotación, pero no vio más acción en la Serie.

Segundo juego, 12 de octubre. Rallies de 4 carreras en el segundo inning, por jonrón con las bases llenas de Benjamín Alegría, otro de cinco en el sexto, llevaron a los Dantos a la victoria 12×7, ya con la reanudación el día sábado a las 4:00 PM. Fue un juego accidentado, con pleitos  y expulsiones. El juego se suspendió por lluvia en el inicio del séptimo inning con casa llena por el Bóer, dos outs y bateando Juan Carlos Urbina. Gustavo Martínez tiró para dos hits en 6 innings, y los relevistas se complicaron, hasta que Jabier Herrera puso el orden.

Tercer juego, 13 octubre. Completando la jornada, el Bóer, que estuvo ganando desde el arranque de juego y que estuvo 5×0 en 4 innings, debió recurrir a la “muerte súbita”, para ganar 8×7. Fue la única vez que el Bóer bateó más de 10 hits.

Cuarto juego, 14 de octubre. Jorge Bucardo supera en gran duelo de pitcheo a Wilton López 2 carreras a 1 y deja a los Dantos frente al banderín. El Bóer, que fue reducido a 6 hits, anotó su carrera en el cuarto inning, cuando Bucardo tuvo un ligero descontrol al llenar las bases con dos boletos y golpe, después de un out. Golpe a Johnny Trewin produjo la anotación, antes que ponchara a Janior Montes y dominara a Sandy Moreno. Los Dantos anotaron sus carreras en el tercer inning, aprovechando error de Trewin en tiro a la incial y hit de Ofilio productor de dos.

Quinto juego, 20 octubre. La lluvia obligó a tres posposiciones de juego, y las Dantos, con pitcheo combinado de Gustavo Martínez, Juan Bermúdez y Jorge Bucardo, que sujetaron en 4 hits al Bóer, mientras ardía el madero rojo con 14 cohetazos, se impusieron por paliza 11×0 para conquistar su sexto título nacional. Los Dantos se mantuvieron ganando desde el primer tercio de juego 3×0, aumentaron una en el séptimo y remataron con 7 en el noveno inning ante un equipo sin alma, que inició el juego sin el máximo jonronero y productor del Campeonato.

 

Dantos jugó mejor y es campeón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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